LA NUEVA OLA
- LUIS FNDO GARCES
- 1 ago 2016
- 6 Min. de lectura
Eran dos nombres de mujer, Diana y Carol; era un sonido muy diferente que me hacía sentir algo muy extraño en mi cuerpo. Era como una alegría empapada de nostalgia pues al hacer una traducción de esos dos temas se veía que la tristeza era el trasfondo de ambas.
Era el final de la década de los años cincuenta. Se anunciaba para 1960, la llegada de 3 días de oscuridad y todos los hogares antioqueños y colombianos, agotaban las existencias de tiendas y mercados; sobre todo con velas y cirios bendecidos por los párrocos, pues sería la única luz que alumbraría en esos 3 apocalípticos días.
Que haríamos sin televisión, sin la radio durante aquellos 3 largos días de inmensa oscuridad.
Ese 31 de diciembre de 1959, la misa de gallo que aun se celebraba a la media noche, en la parroquia de nuestra señora del sufragio del barrio Boston de donde yo era vecino, no daba cabida a la inmensa multitud que se agolpaba en las 4 entradas del templo. Fuera del templo todo era soledad, silencio...casi pánico.
Sonaron las doce campanadas y la oscuridad era total. Claro, era de noche. Pasada la ceremonia nos fuimos despidiendo con la mirada de todos los demás presentes, pues yo creía que jamás nos volveríamos a ver. Pero amaneció, y el sol reinaba en el firmamento como siempre.
Y así fue el 2, el 3, y además el 4, y así sucesivamente. Prendí la radio, y la programación de todas las estaciones era normal.
Ya se comenzaban a escuchar grupos como los TNT, los hermanos Rigual, y solistas como Bobby Capó y Billy Cafaro. Canciones como Eso, Cuando calienta el sol, llorando me dormí y un telegrama. Y esa década prodigiosa llegaba con cambios en las modas, en los peinados, y en cantidad de cosas que hicieron de esos años, unos años inolvidables pues todos queríamos parecernos a Bill Halley y a Elvis Presley, los reyes del rocanrol.

Mocasines negros muy brillantes, bien lustrados; medias blancas, Jeans Lee o Wrangler. Camisas a cuadros de manga corta o larga, estas últimas remangadas hasta la mitad del antebrazo. En la muñeca de cualquiera de las dos manos, una esclava; y sobre los hombros, una chaqueta de tela de bluyín o un suéter que colgaba sobre el pecho y la espalda. Si tenías la suerte de tener unas gafas Rayban y poseías una bicicleta de carreras o una motoneta (Vespa o lambretta), eras el rey del barrio. Y si además de eso te gustaba patinar (patines de 4 ruedas), las dejabas sin respiración. Y a los demás, carcomidos por la envidia.
Ellas con su pelo muy bien organizado, de punticas o cola de caballo, comenzaban las más atrevidas a usar Jeans o minifaldas, y unas mallas negras que las hacían ver irresistiblemente atractivas. Así como nosotros usábamos gomina, ellas usaban laca.

Los fines de semana nos reuníamos en las famosas recochas, normalmente se hacían entre las 4 de la tarde y las 10 de la noche. Y el que tuviera la mejor radiola y la mejor discoteca, era casi siempre el elegido para estos eventos donde muchos noviazgos, se convirtieron en matrimonios.
Era muy sencillo, un ponche elaborado por algunas de nuestras mamas, acompañado de papas fritas, chicharrines y pasas con maní. El ponche contenía el único licor que podíamos tomar, que casi siempre era una copa de ron o de brandy. Aunque los mas lanzados se iban a la tienda de la esquina a tomarse un ron o un aguardiente. -"es que yo fresco no soy capaz de sacar a nadie a bailar", decían. Era el momento preciso para demostrar nuestras habilidades para bailar twist, rocanroll, surfing y limbo rock; y hacer la caída de la hoja, para dejar a todo el mundo estupefacto.
Eran muchas las actividades que podíamos realizar en aquella época, pero la mejor de todas era "juniniar", especialmente el día viernes cuando las señoras con sus hijas bajaban a pagar sus clubes o simplemente a tomar el algo en el Astor, Versalles, la Suiza y El Colmado; y las mas encopetadas, en el Club Unión. Ó comerse un rico cono en la heladería San Francisco o en Sayonara. Junín era una total pasarela con las mujeres más bellas del planeta. En aquella época, no existían las comunas, y por lo tanto todos éramos del mismo estrato.
Comienza la invasión de cantantes extranjeros, sobre todo de Méjico y Argentina, algunos también españoles. Y aquellos dos primeros que abrieron el camino con canciones inolvidables, Paul Anka y Neil Sedaka, seguían reinando al pie de Cesar Costa, Enrique Guzmán, Palito Ortega, Lalo Francen; y de España, el dúo dinámico, Roció Durcal y Marisol. Sus películas llenaban los diferentes teatros de la ciudad; y allí acudíamos, no solamente a disfrutar de sus canciones, sino a copiar la moda que ellos exhibían. En ese momento llega la invasión inglesa; encabezada por cuatro melenudos John, Paul, George y Ringo, los 4 de Liverpool; que cambiaron totalmente el siglo musical. Además otros músicos como los Rolling Stones, The Animals, los herman hermits, The dave clark five, The shadows y Clif Richard, van complementando el escenario artístico ingles.
Y Colombia qué.? en noviembre de 1957, por insistencia de don Antonio Fuentes propietario de la disquera que lleva su apellido se invita a Carlos Roman a grabar el "very very well", que pasaría a convertirse en el primer rock and roll grabado en Colombia.

A mediados de 1963, nos sorprende un grupo venido de Nueva York conocidos como los Hermanos Ferreira que hacían temas de música moderna, o la llamada "Nueva Ola".
Luego y muy tímidamente , en 1965, Sonolux se atreve a grabarle a un conjunto colombiano llamado LOS PELUKAS y algunos solistas grabaron para otras disqueras como Harold, Juan Nicolás Estela, José Fernando y Milton Mejía, posteriormente conocido como Lukas. También Norma Argentina y el loco Gustavo Quintero, que se atrevió a grabar temas de rock y baladas.
Por aquella misma época aparecen los Speakers, Los Flippers, los Ampex, los danger twist y se fundan Los Yetis. Este último grupo grabaría en 1966 para el sello FUENTES. En la ciudad de Barranquilla están Los Tornados, y en la ciudad de Cali Los Demonios que aun 50 años después siguen vigentes. La radio y la televisión hacen parte de este movimiento que cada vez tiene más adeptos. El show de los frenéticos, Juventud Moderna de Alfonso Lizarazo, fundador con otros personajes de la radio, del sello Estudio 15, de donde saldría uno de los más recordados ídolos de la nueva ola colombiana: Oscar Golden; El Club de la Juventud de Julio E. Sánchez Vanegas y Marino Recio; y el Club del Clan, de Guillermo Hinestroza Izasa y Gabriel Betancur Tolosa. Varias grandes figuras salen de allí, Vicky, aun vigente; Marilúz, estupenda cantante y actriz; Alfonso Palacio, todo un galán de la época; y Emilse, tal vez la más completa cantante colombiana, y Claudia, que aunque en el Club Del Clan no fue una figura relevante, si lo fue años después bajo la conducción de Santander Díaz y Harold, en el sello CBS.
Y llega 1966, con el YE-YE, y el GO-GO, la locura ya no tiene freno! Discos Fuentes lanza en marzo de ese mismo año con una publicidad jamás imaginada el súper ventas nacional, "14 IMPACTOS JUVENILES", donde lo más granado del elenco nacional toma parte: Harold, Juan Nicolás Estela, Los Yetis, Tommy Arraut y un desconocido hasta ese momento, llamado Luis Fernando Garcés. Con una gira por las principales ciudades del país, presentaciones en la televisora nacional de Colombia, y por los diferentes radioteatros y coliseos locales y nacionales. Esos artistas pasan a convertirse en los más aplaudidos de la nueva ola nacional.

Comienzan en las diferentes ciudades del país, concursos de Twist y Rock and roll. Presentaciones de los diferentes cantantes colombianos. Por fin Colombia tenía sus propios ídolos, y en 1966 se hace un evento llamado MILO A GOGO, que sería el clímax de ese desenfreno que enloquecía a la juventud colombiana. Medellín fue "Antes y después de MILO". En el coliseo cubierto Iván de Bedout, se acomodaron mas de 27mil personas, que con una etiqueta del mencionado producto; podían ingresar al evento. Eso sin contabilizar la gente que no pudo ingresar.
Para 1967 hay un movimiento juvenil ya muy consolidado y aparecen gran cantidad de cantantes y grupos tales como Jorge Hernán, Álvaro Román, los Batman, los LSD, los Laser, Time Machine, los Taipus, los Streakes y muchos más.
La avalancha de producciones discográficas no se hiso esperar. Y los solistas y conjuntos antes mencionados, se dedicaban cada uno de ellos a lanzar sus diferentes producciones discográficas, que inundaban el mercado musical.
Allí continua la época YE-YE Y GO-GO, que era como la continuación de esta nueva ola, que dejaría nuestras vidas marcadas para siempre.
Hay muchas historias para contar pero como el espacio es reducido, las iremos contando poco a poco.
La Nueva Ola, unos años inolvidables y esa década insuperable de los años sesentas que aun 5 décadas después, han dejado una profunda huella en nuestros corazones.
luisfernandogarces58@gmail.com
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